Llegue a los 30, me parece increíble.
Tal vez porque al principio no tenía tanta
fe en mi como ahora, tal vez porque creí que la tristeza y la incertidumbre de
verdad iban a acabar conmigo. Tal vez porque me da nostalgia llegar sin ti.
Pero llegue.
En medio de muchos sentimientos primeros,
en medio de muchos cambios, llegue y aquí estoy. Siento que este camino a este
momento en mi vida ha sido largo; lagrimas, risas, llanto, alegría,
introspección, meditación, reflexión,
dolor, felicidad, nostalgia, amor, dulzura, fuerza y coraje.
Llegue por fin a los 30, a este lugar en
donde por fin puedo verme al espejo y decir: te amo, estoy orgullosa de ti. Las
grandes pruebas sacan lo peor de una, pero también lo mejor. Te hacen darte
cuenta de tu capacidad y te tu resistencia, sacan una capa mas de espíritu que
tal vez creías dormida y de alguna manera, sigues.
Decidí que estos 30 tendrían una característica
especial, serían de Renacimiento. Lo bueno del caos y bueno, de la vida misma,
es que te permite renovarte cuantas veces lo necesites. Así que yo estoy en ese
proceso. Un día a la vez.
Desintoxicándome de la gente negativa,
pesimista. Cambiando hábitos, limpiando armarios, closets, papeles, el corazón.
Renaciendo en espíritu, arreglando un alma adolorida, pero viva.
Y se vienen los cambios, porque
inevitablemente cuando empiezas a cambiar
las cosas a alrededor cambian. Así que hoy estoy por cambiar de nuevo,
por empezar de cero, un poco más miedosa, pero más segura y con mucho más
respeto hacia mí... Buscando el lugar exacto en donde ser la mejor versión
de mi misma.
Que así sea.