martes, 13 de diciembre de 2011

Escribiendo (te)

Has de saber que estoy en proceso de duelo.

Dice mi terapeuta que tengo que buscarme nuevos hobbies, que  necesito hacer algo que me guste. Yo que mande a la jodida todo (casi) todo lo que me gustaba el día que no me respondiste las llamadas. También dice que en estos casos la depresión es normal y la apatía y los cambios de humor y el odio al mundo y las ansiedades y todo esto nuevo que soy.

Porque ya soy una mezcla de cosas nuevas, erráticas, oscuras y confusas. Soy una nube de humo, de ese humo de la vez que quise aprender a fumar para festejarte tu cumpleaños, cuando no pude porque ya estoy muy vieja para agarrar esos vicios pero que de haberlo logrado, te juro que hubiese fumado todos los que tú no has podido. Eso sí, estoy tomándome todo el café posible, tratando con todas mis fuerzas recordar el olor a café y a chile picoso de tu casa, nuestra casa.

Ayer me dijeron que el perro se perdió, el perro que unía esta vida que ahora tengo con la vida que compartimos las tres un día. Llore como cuando me cayó el veinte que ya no estabas, nunca creí que fuera una persona que llorara por un perro, bueno si soy.

No tengo un ataúd ni un panteón en donde llorarte, tengo solo este duelo al que me tengo que obligar porque en un presente tan cruel no hay esperanza, no queda más que resignarse con la lógica de la realidad.

Así que estoy escribiendo (te) en este blog como terapia, como desahogo para tanto sentimiento atorado que detona un perro o un temblor, para este dolor que quema, que transforma cada una de mis células y que no creo que se acabe;  porque es equivalente a este amor que te tengo, que se formó en tu vientre, en nuestras vidas pasadas, en mis 28 años.

Estoy escribiendo (te) porque en el  escritorio al que también dejaste huérfano había una lista de tus pendientes, que así se quedaran; y entre ellos había este último deseo que te he de cumplir.

6 comentarios:

  1. Estoy muy orgullosa de ti, no sabes lo feliz que me hace que vuelvas a escribir, me gusta leerte, asi siento que estoy cerca de ti... escribe, escribe todo lo que puedas que como diria Angeles servira para recordar cuando estemos viejas tomando cafe en nuestras mecedoras.
    TE QUIERO!!

    ResponderEliminar
  2. Me duele al leerte, porque ese dolor me recuerda lo que a diario veo junto a mí. Pero también me da gusto verte de regreso, y que en algo te sirva escribir.
    En nuestro caso no fue mi madre, sino la de mi acompañante, y yo la extraño tanto, me dan ganas de llorar cada que hablamos a su casa, y esa extraña sensación de que sabes que no será pero en tu corazón sientes que volverás a verle en cualquier instante que voltees.

    Un abrazo y re-bienvenida!

    ResponderEliminar
  3. Siempre es dificil empezar a vivir sin uno de los eslabones que hemos tenido en nuestras vidas, y no nos queda de otra mas que aprender a vivir sin el. Escribir siempre es buena terapia, al igual que un hobbie o una actividad en la cual nadie nos moleste.
    Hay que poner la mirada hacia el futuro pero viviendo un solo dia a la vez...

    ResponderEliminar
  4. Amiga querida. Confieso que no pude leerlo todo. Me duele tu dolor... estoy aquí y tenemos una vida maravillosa que vivir. Sonriente como eres, fuerte, brava, valiente y guerrera.Te veo muy prontito para cerrar el año, para celebrar la vida... pasada, presente y futura. Besos.

    ResponderEliminar
  5. Artesana: sinceramente comparto tu duelo. En verdad te admiro por esa fortaleza que tienes, por ser una mujer luchona, inteligente y de buen corazón. Espero que poco a poco puedas irte acostumbrando a ese dolor inmenso que no se irá, así como tampoco se irán todos tus recuerdos, los momentos, enseñanzas y el amor que compartieron. Te quiero mucho.

    ResponderEliminar
  6. Yo creo que su único deseo, era siempre verte feliz. Ojalá lleguen muchos momentos felices, ya te tocan :)

    ResponderEliminar